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Mis adorables vecinos

Vecinos… la gran excusa para vivir en una casa y no en un edificio. La resistencia a civilizarse que muestran muchas personas es digna de estudio. En un edificio, y más en uno antiguo y no demasiado bien dotado, con poca insonorización y sólo un ascensor, el roce con los vecinos acaba siendo inevitable. Hoy os voy a resumir los especímenes de mi edificio.

CASO 1: MATRIMONIO ENTRE LA VIEJA AL VISILLO Y EL SEÑOR «QUE TÓ LO QUIERE SABER».

Justo mis vecinos de enfrente. Un matrimonio cuya señora, desde que tengo uso de razón, controla todos los movimientos de los vecinos. Sabe a qué hora llego, a qué hora salgo, a qué hora me voy a dormir y mis horarios de tender la ropa. Su estudio diligente de mis horarios deja en ridículo a cualquier jugador «Top» de oGame con respecto al control de horarios de una persona. Cuando salgo de casa y bajo por la escaleras ella está ya preparada detrás de la puerta, con la luz encendida y mirando por la cerradura. Cuando subo por el ascensor y paro en mi piso, a veces comete un descuido y escucho perfectamente sus movimientos detrás de la puerta de su casa (ruido de llaves, pantuflas sobre alfombra, sonido de dar la luz…). Es destacable también su puesto de vigilancia en la cocina, desde la cual observa pormenorizadamente los hábitos de los ciudadanos cuyas habitaciones dan hacia el patio de luces del edificio. Me imagino que en su sala de estar tendrá una pizarra donde irá anotando todos nuestros movimientos:

10:14 horas AM. Varón blanco entre 25 y 30 años. No es un problema, pero una pequeña incidencia afectó al proceso de tender la ropa de color blanco: dos pinzas se le cayeron de las manos mientras tendía una camisa. Trataré de recuperarlas en próxima incursión al 1º Izquierda.

12:37 PM. Fontanero acude al 5º Derecha. No se registra avería anterior. Posible llamada con motivos sexuales. Solicito permiso para aproximación sigilosa al rellano con objeto de confirmar sospechas.

12:40 PM. FRACASO EN LA MISIÓN, REPITO, FRACASO EN LA MISIÓN. FONTANERO ME HA DESCUBIERTO DETRÁS DE LA PLANTA DEL RELLANO. VECINA EN ACTITUD HOSTIL, SE ESPERAN ÓRDENES. FONTANERO SE DESPIDE DE LA VECINA CON LAS SIGUIENTES INSTRUCCIONES: «O MALO É QUE ESA PEZA É DIFÍCIL DE CONSEGUIR. VOU MIRAR NO COCHE PERO PÉNSOLLE QUE NON A TEÑO. XA LLE CHAMO A SEMANA QUE VEN A VER SE LLE PODO VIR POR AHÍ ÁS OITO.»

Con respecto a su marido, es un señor cuya conversación se basa en averiguar dónde trabajas, qué estás estudiando y el estado de salud de todos tus familiares conocidos. Cabe destacar su tesón, pues el caballero no ceja en su empeño sonsacador de información ni haciendo gestos ostensibles de que no quieres hablar del tema en cuestión, ni intentando llevar la conversación a otro tema, ni poniéndose a fingir llamadas entrantes con el teléfono móvil. Un ejemplo de conversación es el siguiente:

Señor: ¡Ola! E logo, ¿qué tal a túa nai, qué tal a túa nai?/¿Qué tal o pai, qué tal o pai?/¿Qué tal a tía, qué tal a tía?/¿Qué tal o marido, qué tal o marido?

Tú: Bien, bueno, tirando… bueno, le dejo que voy con un poco de prisa JEJEJE.

Señor: Pero espera, e logo, ¿onde andas? ¿Os estudios xa os acabaches?

Tú: Sí, sí… hace 12 años ya que terminé JEJEJE.

Señor: ¡Ah! E logo, dixéronme que estabas traballando alí abaixo.

Tú: No… la verdad es que estoy en el paro…

Puede parecer fácil librarse de su embrujo, pero todos esos años pasando las tardes jugando la partida y alcoholizándose en el bar de enfrente le han dotado de un volumen abdominal bastante contundente, además de una nariz grande y llena de vasos sanguíneos.

CASO 2: LA SEÑORA QUE TE OFRECE AYUDA Y UN POCO MÁS: QUIERE GESTIONAR TU VIDA.

Un particular caso en el que la buena fe acaba volviéndose inaguantable. Mi vecina del piso superior parece que necesita ofrecernos constantemente su ayuda y buenos consejos al resto de sus vecinos. ¿Sabéis esa sensación de bajar por las escaleras, escuchar a alguien en el portal, asomarse y pensar: <<Noooo…>> mientras te escondes en el hueco de la escalera a que pasen de largo o suban por el ascensor para no encontrarte a ese pesado/pesada? Es una persona que te espera. En ocasiones (ella vive encima de mí), estoy tendiendo la ropa, concentrado en maximizar el espacio disponible, cuando suena una vocecilla encima de mí pronunciando mi nombre. Después del sobresalto inicial, y tras devolverle el saludo, ella suelta algún consejo NO PEDIDO, como por ejemplo: <<Mira, ya se lo dije también a la del 2º; cuando os caigan pinzas en la terracita, las juntáis en una bolsita y las ponéis en el portal para que los vecinos cojamos las nuestras y así no os molestamos.>> O también: <<¡Ay qué bien huele! ¿Qué estás haciendo? Mira, cuando hagas arroz, acuérdate de terminarlo de cocer en el horno porque así no se te pega y sabe mucho mejor.>> Más: <<Oye, me dijeron que estaba enferma la Paquita del pueblo. Ya sabéis que yo siempre os he ayudado, si necesitáis algo, lo que sea, sólo me tenéis que tocar al timbre.>> Bonus: <<Oyeeeee, que te iba a comentar, que llevo tiempo sin verte… hace dos semanas escuché unos ruidos, así como BLUM! BLUM! y me parecía que venían del piso del 2º… hay que llamarles la atención. Tú si ves algo raro me avisas o les llamas la atención porque eso no se puede tolerar.>>

PESADA.

CASO 3: LOS CHINOS.

Una maravilla de gente, de verdad. Tengo identificados a 9 (el piso es de 77 metros cuadrados), pero oye, majos, no hacen nada de ruido, amables, no se meten en tu vida para nada. Ojalá fuesen todos así.

CASO 4: LOS AGARRADOS.

¿Nunca habéis tenido como vecinos a esos señores mayores, sin descendencia, sin nadie a quien dejar algo en herencia, avariciosos como ellos solos y que se oponen a cualquier reforma o cambio en el edificio «porque hay que gastar»? Pues tenéis suerte.

Estos dos hermanos que rondan los 70 tienen un patrimonio descomunal, pero siguen contando los céntimos y siendo unas ratas. 3 años de negociaciones costó acordar poner algo para pintar el hueco de la escalera, que estaba con la pintura toda desconchada. Su excusa para oponerse, además de que había que gastar, era que la mierda que acumulasen los pintores les iba a caer en el rellano de sus pisos (viven cada uno en un primero, uno frente al otro). En otra ocasión, se planteó la posibilidad  de convertir el sótano del edificio en plazas de garaje, subiendo la altura de una parte del sótano y cubriéndola con un techo de uralita. Ellos se negaron. En primer lugar, exigían que para dar su autorización se les pagase una importante suma de dinero y la disposición de 3 plazas de garaje, a los que los promotores se negaron (pues claro). En segundo lugar, se oponían a que les pusiesen un techo de uralita bajo su vivienda  «porque les cagaban los gatos»…

Hacerse mayor mola, pero si todos, con una cierta edad, vamos a terminar siendo así de agarrados, hacerse mayor ya no mola tanto. Mi apuesta es que donarán sus posesiones a la iglesia, contando que ello les hará ganar puntos para sacar plaza en el cielo.

CASO 5: EL RESPONSABLE.

Sin ser un mal vecino, llega a hacerse un poco pesado. Su sentido del deber le persigue día y noche y, en vez de disfrutar de su jubilación, prefiere meterse a gestionar la comunidad de vecinos y gastar su valioso tiempo en ir a la gestoría, llamar para alguna obra, pedir presupuestos, firmar talones a la señora de la limpieza… Reconozco que su gestión es eficaz y me alegra tener a un vecino trabajador, pero su sentido del deber en ocasiones le impide ver las cosas con la transparencia que necesitan. Por ejemplo, en ocasiones se compincha con LA SEÑORA QUE QUIERE GESTIONAR TU VIDA (ver caso 2) para rajar de algún vecino remolón o con pinta mala (casi siempre LOS CHINOS, caso 3).

BONUS: LA VECINA QUE ESTÁ BUENA.

Por fin, sí. El vecino que todos queremos tener. A punto de entrar en la treintena, es amable, trabajadora y tiene muy buen tipo. Son ya clásicas las fantasías al pensar en que su mirada es un «SÍ», tras cruzarse con ella por la calle o en el portal. El problema es (como suele ser habitual) que si estás casi seguro de que su mirada es un «SÍ», también estás absolutamente convencido de que la de sus padres es un «NO» rotundo. Da igual, sólo por las fantasías eróticas ya merece la pena tener esta tipología de vecino.

vainas

Con un pasado y presente consolero, actualmente disfruta también de las viejas glorias de PC. Un analista implacable que juega a todo lo que se le cruza, da igual el género, puede con todo.

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