Análisis

Arx Fatalis / Análisis

Arx Fatalis ya estaba a punto de engrosar nuestra lista de juegos inéditos en España. Por suerte ha acabado cruzando nuestras fronteras tras los pasos de su conversión a Xbox. Hagan pista al heredero de Ultima Underworld.

Bajo la etiqueta «rol» tendemos a agrupar un amplio espectro de juegos. Seguro que la mayoría de ellos tienen algún elemento rolero, pero la evolución de los géneros, el cruce de ideas y las nuevas modas han hecho que se fuesen perdiendo los pilares en los que se asentaban los juegos de rol a la antigua usanza.

Aun aceptando que ese refinamiento del género no tiene por qué ser negativo, la verdad es que a veces se echa de menos algún juego respetuoso con las viejas convenciones del género. Por suerte para los más nostálgicos, Arx Fatalis ofrece todo aquello que un jugador de rol tradicional busca en un juego.

Visión subjetiva, exploración exhaustiva, dificultad exacerbada, héroe solitario, historia manida pero bien desarrollada, multitud de objetos, decenas de hechizos… Eso y alguna dioptría de más cuando lo completes es lo que puede esperarse de Arx Fatalis.

Claustrofobia necesaria

La perspectiva de juego le viene de herencia y es la imprescindible en títulos de ese tipo. Aun así, la interfaz puede resultar algo confusa al principio, ya que hay que alternar dos perspectivas algo diferentes: una para moverse y otra para examinar escenarios, inventario y objetos. El combate es en tiempo real, muy al estilo Monrrowind, y el sistema de ejecución de hechizos se asemeja a lo visto en Black & White. Como en el juego de Molyneux, los conjuros se realizan de manera original y «realista» pero un tanto fatigosa. De hecho, éste es el único lunar en un sistema de control que resulta práctico y fluido cuando te acostumbras a él.

Arx Fatalis es un juego que requiere plena inmersión. Se desarrolla en un reino subterráneo presidido por la oscuridad y los entornos claustrofóbicos. En todo el juego do hay concesiones a la luz solar, lo que resulta inmersivo, coherente y realista, aunque algo molesto cuando te ves obligado a deambular por los kilómetros de corredores y pasadizos de que constan los escenarios. Gracias a la generosidad de los programadores, cuantas con un útil mapa que se actualiza automáticamente y sin el cual el juego sería casi misión imposible.

Todo empieza con tu desmemoriado héroe en la peor situación posible. Cautivo, desnudo y desarmado, se sumerge en una historia en la que no dispone de demasiado margen de maniobra. Pero la marcada linealidad se compensa con las posibilidades de configuración del personaje. Las características de tu héroe influyen mucho en la evolución del juego, ya que determinan aspectos como la forma en que te enfrentarás o la gran cantidad de puzzles (a veces, exasperantes) que irás encontrando.

El perdón del tiempo

Arx Fatalis arrastra un pesado lastre: ha llegado a España con retraso, más de un año después de su salida al mercado internacional. En un sector que depende tanto de la capacidad de estar al día y de la innovación tecnológica, este retraso hace que el juego parta con muchísima desventaja.

Sus gráficos, además, no sorprenden en absoluto. No es que desmerezcan, pero se sitúan por debajo de lo que se está viendo últimamente en el género, empezando por una referencia tan directa (por sus similitudes) como puede ser Morrowind. Personajes con pocos polígonos y decorados algo pobres se unen a la escasez de efectos dignos de mención. Sólo la calidad de algunas texturas merece decididos elogios.

Como nota positiva, da un buen rendimiento en equipos estándar y no pide tarjetas gráficas sólo a la altura de bolsillos bien surtidos. Con lo que no ha podido el paso del tiempo es con su soberbia ambientación sonora, que resulta espectacular en todo momento. Además, cumple una función decisiva en algunos lances del juego.

Se trata de un juego que no acepta medias tintas: o te encanta o lo odiarás a muerte. Resulta difícil y asegura más de un mal trago incluso a roleros a prueba de dragones. Pero puede calarte muy hondo si sientes nostalgia de, por ejemplo, los obscuros subterráneos de Ultima Underworld. Más aún si eres uno de esos jugadores minuciosos que gustan de una exploración intensa.

Con sus defectos, sus numerosos bugs, su agobiante atmósfera y sus temibles pasadizos, Arx Fatalis es un fantástico juego de rol puro, un antídoto ideal contra la epidemia de rol edulcorado y «dinámico» que asecha nuestros compatibles.

Rol sangriento

Arx Fatalis se recrea en la crudeza del mundo que representa. Con tu poderosa espada, puedes desmembrar a tus enemigos e incluso ensañarte con ellos cuando ya hayan caído. Todo ello, acompañado de un inusual despliegue de choterrones de sangre. Incluso, en una fase concreta del juego, te verás obligado a derrotar a un gusano gigante e introducirte en sus entrañas, con el consiguiente espectáculo de vísceras y elementos mal digeridos.

FICHA TÉCNICA

  • Requisitos: Procesador mínimo PIII 500 MHz, procesador recomendado PIII 900 MHz. Memoria RAM mínimo de 64 MB, memoria RAM recomendada de 256 MB. Tarjeta gráfica mínimo de 16 MB, tarjeta gráfica recomendada de 32 MB.
  • Multijugador: No presenta.
  • Idioma: Textos de pantalla y voces en español.
ARX Fatalis [2004]
7.5
Notable
El año transcurrido desde que el juego fue terminado le ha restado algo de frescura. Además, puede que su concepto general disuada a más de un jugador poco paciente y que su puesta en escena no sea del todo atractiva. Pero Arx Fatalis es un pedazo de un buen rol que evoca clásicos atemporales.Analizado por

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