Análisis

Midnight Nowhere / Análisis

El futuro pinta mal. El precio de la vivienda no deja de subir, el cambio climático ya es una realidad y los asesinos en serie campan a sus anchas causando cientos de víctimas. Y no lo decimos nosotros ni la pitonisa Lola, sino lo creadores de Midnight Nowhere.

Justo es reconocerlo: lo primero que sorprende en Midnaight Nowhere es que el juego ha sido localizado a la perfección. Se han traducido voces, textos e incluso elementos gráficos con alguna palabra escrita, ya sean libros, indicadores o carteles. Y se ha hecho bien. Por una vez disfrutamos de una aventura gráfica perfectamente adaptada a nuestro idioma, algo que casi es novedad y por tanto merece ser destacado.

Buena noticia es también que el título de Saturn+ (autores del aún inédito por estos lares Jazz & Faust) pueda jugarse en condiciones ideales con un ordenador de gama media con 64 MB de RAM y 400 MHz para moverlo sin problemas y disfrutar de todas sus opciones gráficas (triple buffer, color de 32 bits, sombras y efectos de transformación e iluminación). La contrapartida es que tampoco se trata del colmo de la exuberancia técnica. Al contrario, austeros personajes 3D evolucionan por entornos bidimensionales pobres, casi esquemáticos, al ritmo de una repetitiva banda sonora hecha con sintetizadores de saldo.

En ninguna parte

La primera toma de contacto con Midnight Nowhere resulta algo decepcionante. Sobre todo, por culpa de una interfaz basada en el clásico sistema de apuntar y hacer clic pero bastante mal resuelta. Se ha prescindido de un recurso tan habitual y tan intuitivo como el cursor que se activa pulsando el botón derecho del ratón. En su lugar, tenemos una serie de iconos gráficos que representan las diferentes acciones que, en teoría, podemos llevar a cabo con cada elemento de escenario concreto ( usar, mirar, recoger y hablar). Sin embargo, la mayoría de elementos de escenario únicamente responden ante uno de estos iconos, con lo que nos preguntamos por qué alguien ha considerado necesario llenar la pantalla de indicadores gráficos inútiles que sólo sirven para hacernos perder tiempo.

Tampoco convencen del todo, por toscos y lentos, los andares del protagonista. Como pasaba en The Beast Within, en Midnight Nowhere te mueves sobre raíles. Sitúas el puntero sobre un objeto y el personaje se dirige (bueno, más bien se arrastra) hacia él de forma automática y el línea recta. Este sistema se hace engorroso cuando, por ejemplo, intentas abandonar un escenario. Para hacerlo, debes rastrear los extremos con el puntero en busca del siempre mal situado cursor de cambio de pantalla. Resultaba difícil optar por un control de movimiento menos fluido y realista.

Una ciudad de muerte

Si estos problemas de navegación por el entorno del juego no consiguen exasperarte, puede que disfrutes de esta aventura adulta, con su terrorífico argumento y su opresiva atmósfera.  El juego tiene un delicioso regusto a serie B de la mejor y su evolución recuerda a títulos como Harvester, Gabriel Knight o Darkseed. No obstante, en Midnight Nowhere, los diálogos pierden protagonismo en detrimento de la exploración de escenarios y la resolución de puzzles. Estos últimos se basan en la obtención de llaves y claves de acceso y en la combinación (a veces un tanto ilógica) de todos los elementos del inventario.

A medida que te sumerges en la aventura, te llaman la atención su marcada linealidad y su aire claustrofóbico y nocturno, con pocos vivos y muchos muertos. La clave para hacer progresos consiste en escudriñar hasta el último rincón, inspeccionar ordenadores, leer documentos y palpar las vestimentas de los cientos de cadáveres que adornan las calles y los edificios de Chernoozersk.

En esta pequeña ciudad futurista (estamos en el año 2019) de nombre impronunciable y con sólo unos pocos miles de habitantes se desarrolla la historia de Midnight Nowhere. Aquí es donde protagonizas un arranque muy en la tradición de las aventuras gráficas recientes, con ese tipo que despierta en la morgue, en una bolsa para cadáveres, y que no recuerda su nombre ni el menor detalle de su pasado. A partir de allí, te embarcas en la previsible (pero no por ello menos absorbente) búsqueda de la identidad perdida. De lo mucho o poco que te seduzca esa historia y la forma en que evolucione, depende que el juego te acabe gustando o no.

Mucha piel

Midnight Nowhere debe ser uno de los juegos comerciales donde más desnudos aparecen. Suelen estar en segundo plano, en pósteres, libros o calendarios, pero lo cierto es que los desarrolladores han sembrado el escenario de huevos de Pascua en forma de chicas ligeras de ropa. Por supuesto, ninguno de estos desnudos está justificado por el guión. Todos son gratuitos, un mero aliciente visual para jugadores que no encuentren otras motivaciones para progresar en la aventura.

FICHA TÉCNICA

  • Requisitos: Procesador mínimo PII 400 MHz, procesador recomendado PIII 733 GHz. Memoria RAM de un mínimo de 68 MB, memoria RAM recomendada de 128 MB. Tarjeta gráfica mínimo de 16 MB, tarjeta gráfica recomendada de 32 MB.
  • Multijugador: No presenta.
  • Idioma: Textos de pantalla y voces en español.

Midnight Nowhere [2004]
6
Bueno
Es una pena que una buena historia y una ambientación adecuada acaben sepultadas bajo una interfaz pobre, un apartado técnico cuestionable y un sistema de control de jugado de guardia. Pese a todo, si nada de esto te desespera, disfrutarás de un nervio narrativo y de sorpresa no aptas para cardíacos.Analizado por

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