Análisis PC PlayStation 3 XBox 360

Assassin’s Creed 2 / Análisis (XBox360, PS3 – 2009, PC – 2010)

A finales del 2009  llegó a las tiendas Assassins Creed 2, juego con el que Ubisoft y el equipo desarrollador del juego, Ubisoft Montreal, pretendían redimirse de la pequeña gran decepción que supuso la primera parte del juego tras un hype desmesurado. Resulta curioso que tras acabarme el juego hace más o menos unos 3 meses esté redactando este análisis por puro trámite y, sin embargo, me puse a redactar encantado los fallos de su primera parte. ¿Por qué? Pues porque son los mismos. También decidí tomarme este tiempo para olvidarme de las casi 40 horas de juego en las que te te limitas a contratar al mismo grupo de cortesanas para que atraigan con sus encantos al mismo grupo de guardias y así poder entrar sin que te vean en la misma sala de siempre en la que están… adivinad…. sí, exactamente, los mismos cofres con el mismo contenido. No me ha gustado, fin del análisis.

No, es broma, aunque no del todo. Como veis, esto es con lo que me he quedado tras dejar un tiempo al barbecho mi lado jarcor del cerebro. De todos modos, debemos ser realistas y saber ver las bondades de Assassin’s Creed 2 que, a pesar de no haber demasiadas en lo jugable, sí las hay en cuanto a despliegue gráfico y sonoro, con muchísimas mejoras, incluso en lo malo, con respecto al primero. Pero madre mía como me amarga…  será complicado hacer que ésto sea entretenido.

¿De qué va Assassin’s Creed 2?

Como ya todos los que hemos jugado al primer Assassin’s Creed sabemos, en el juego nos ponemos en la piel de Desmond Miles, un chaval al que una empresa llamada Abstergo secuestra para poder revivir sus recuerdos gracias a una máquina llamada Animus que es capaz de obtener los supuestos datos almacenados en la memoria genética de las células. En una de las primeras escenas cinemáticas jugables de esas que tanto están de moda en las que solamente podemos caminar a paso de tortuga y mirar, veremos cómo Desmond es rescatado por un grupo que lucha en contra de Abstergo y que, como no podía ser de otro modo, dispone de una versión del Animus mejorada porque si no, no hay juego. En esta ocasión no volveremos a controlar a Altair, sino que el juego nos pondrá en el papel de Ezio Auditore, personaje al que controlaremos durante el 95% de nuestra aventura, puesto que puntualmente, al igual que en la primera parte, volveremos a jugar… quiero decir; caminar y mirar, como Desmod en el presente. La localización he de decir que ha sido muy acertada, puesto que nada más comenzar nuestra aventura a base de recuerdos genéticos, el juego nos lleva a la ciudad de Florencia (Italia), en pleno renacimiento, concretamente al año año 1476.

La primera impresión que tendremos es muy optimista, puesto que en las primeras horas de juego en las van haciendo aparición los personajes principales y se nos muestran las mecánicas básicas de juego, haremos cosas muy variadas, dándonos la falsa impresión de estar ante algo muy grande y, lo cierto es que el juego es enorme en cuanto a extensión y duración, pero no en cuanto a variedad. Ezio descubrirá un secreto que ocultaba su padre, llevándolo a inmiscuirse en un mundo de conspiraciones, batallas y relaciones con famosos grupos como los templarios y dinastías como los Borgia o los Medici. El juego no se desarrola exclusivamente en Florencia, sino que también podremos recorrer al completo ciudades como Venecia, Forli o Roma, pudiendo cambiar de localización a nuestro antojo y desplazarnos a caballo entre ellas siempre y cuando hayamos desbloqueado las zonas.

Podemos darnos unos rulos en góndola, pero iremos más rápido corriendo e incluso nadando para llegar a cualquier parte.

Podemos darnos unos rulos en góndola, pero iremos más rápido corriendo e incluso nadando para llegar a cualquier parte.

No os voy a mentir, porque la verdad es que Assassin’s Creed 2 es un juego precioso, luminoso y puntualmente, sobrecogedor, con infinidad de pequeños detalles en sus escenarios y un diseño arquitectónico más que sobresaliente para su época, en el que parecen no haberse cortado nada a la hora de invertir recursos. Si su primera parte ya destacaba en este aspecto, la segunda es muy superior, encontrando con cosas como personajes trabajando en sus fincas, pequeñas mariposas revoloteando como las que tu novia tenía en el estómago el primer mes de relación, pájaros y muchísimas personas paseando por las ciudades a los cuales, mientras no te de por seguirlos, parece que hacen sus vidas. Las virtudes estéticas de Assassin’s Creed 2 se llevarían un rotundo sobresaliente si no fuese porque está en la misma caja, el mismo disco y el mismo directorio que las mecánicas de juego del mismo producto.

Otra gran mejoría con respecto a su primera parte se produce en la banda sonora, dado que mientras que antes los temas musicales eran sencillamente adecuados para el juego, ahora son notables, incluyendo grandes composiciones para el recuerdo como la melodía de las – misiones de persecución por los tejados –. El doblaje del juego al español es también sobresaliente si lo comparamos con juegos de géneros similares, contando con la voz de muchos dobladores que nos resultarán muy familiares. Los efectos sonoros están también a la altura y podríamos decir que todo el apartado artístico encaja al 100% con las acciones que realizamos en el juego.

Me gustaría analizar ahora las mecánicas de juego de Assassin’s Creed 2, pero lo cierto es que no se me ocurre ningún modo de redactar un texto que no haga bostezar a cualquiera que lea ésto, por lo que daré paso al modo de análisis denominado – lista de la compra -.

¿Cómo se juega a Assassin’s Creed 2?

Comenzamos por los momentos en los que controlamos a Desmond. A pesar de que solamente lo controlaremos durante menos de un 5% del juego, sigue siendo igual de aburrido de que en el Assassin’s Creed original controlar a este personaje cada vez que sale del Animus, y que, en mi opinión, sobra, pero son solamente preferencias personales contaminadas por grandes experiencias jugables a lo largo de casi tres décadas. Lo único que podremos hacer al principio es, como decía, caminar, mirar a nuestro alrededor y hablar con gente en el orden adecuado para que nos cuenten su vida y seguidamente poder volver al Repetimus… ésto, Animus.

Siento que tengas que recordar una segunda parte Desmond, pero al terminar la sesión con el Animus podrás tocarme las tetas.

Siento que tengas que recordar una segunda parte Desmond, pero al terminar la sesión con el Animus podrás tocarme las tetas.

Centrémonos en lo que ocurre dentro del Repetimus. Lo cierto es que durante las primeras horas de juego, se nos vende la posibilidad de realizar infinidad de cosas en un mundo que pensamos que será del tamaño que viene siendo habitual en estos juegos; es decir, el poblado, las afueras y las alcantarillas. Pues bien, el problema reside en que al final, resulta que las posibles acciones a realizar, las haremos siempre del mismo modo y que el mundo en el que repetiremos lo mismo infinidad de veces es tremendo en cuanto a dimensiones se refiere. En Assassin’s Creed 2 no hay factor sorpresa, no hay ansiedad por saber lo que pasará y obtendremos una experiencia que, obviando las primeras 4 horas de juego, es totalmente descafeinada en sus casi 40 horas de juego en las que te te limitas a realizar cosas como contratar al mismo grupo de cortesanas para que atraigan con sus encantos al mismo grupo de guardias y así poder entrar sin que te vean en la misma sala de siempre en la que están… adivinad…. sí, exactamente, los mismos cofres con el mismo contenido. También están los guardias situados en frente de unas pequeñas estructuras derruidas al que no será necesario despistar debido a que podremos escalar por el edificio de al lado y caer justo en el interior de las estructura sin temor a ser escuchados, porque los enemigos de Assassin´s Creed no disponen de sentido auditivo. No se… al menos en Thief, si los guardias no te ven es porque está todo a oscuras y si tu los ves a ellos en las mismas condiciones es porque has subido el gamma de tu monitor.

Las cosas que podemos hacer controlando a Ezio: Podemos escalar Atalayas y es lo primero que debemos hacer nada más llegar a una ciudad; encontrar las atalayas más cercanas, subirnos a ellas, realizar una acción denominada sincronización para que Desmond recupere su memoria y seguidamente saltar al montón de paja más cercano debido a que todo está preparado para no hacerse daño. Los saltos desde las atalayas son tan espectaculares como repetitivos, aunque siempre conservamos la emoción de encontrar una más alta. Escalar los 4 o 5 tipos de atalaya que existen en cuanto a su forma de treparlas no supone un gran reto, puesto que todos los escenarios están adaptados a nosotros, no como ocurría en Thief, juego en el que nos teníamos que buscar la vida.

Una de las grandes novedades es que al fin nuestro protagonista parece haberse apuntado a un cursillo de natación durante las vacaciones de verano, pero eso sí, al igual que los desarrolladores, sin haberse terminado el cuadernillo de los deberes. Ahora podremos asaltar barcos, navegar en góndola (aunque no sirva para nada) y recoger los mismos tesoros de las mismas centenas de barcas idénticas que nos encontraremos en el juego. Os estoy hablando de tesoros y no os he contado si son algo tan inútil como los estandartes de la primera parte o si sirven de algo, pero, en efecto, tienen su función. En esta segunda parte existen establecimientos en los que gastar nuestros ahorros y en los que podremos, en caso de  las herrerías, comprar mejores armas y protecciones que se irán desbloqueando a medida que avancemos en el juego. También podremos curarnos y comprar pociones curativas a los médicos que nos vayamos encontrando. Los otros tipos de establecimientos comerciales que existen son los sastres cuya utilidad se reduce a cambiar el color de nuestro ropa y los marchantes de arte, que nos venderán tanto mapas como cuadros decorativos para nuestra mansión, de la que pronto hablaremos. La cantidad de tesoros que podremos recoger es enorme, pero aquellos de difícil acceso están custodiados por guardias más fáciles de engañar que a un perro de 6 meses con una galleta TostaRica. Cada vez que nos acerquemos a un tesoro, escucharemos un sonido muy peculiar que nos indicará su cercanía, pero, si lo preferimos, podremos comprar mapas en las tiendas de arte más cercanas.

Vamos a hablar un poco de las mecánicas de juego, las cuales se mantienen casi intactas en comparación con la anterior entrega; es decir, más rancias que los trozos de patata frita que hay en las rendijas del sofá del salón de tu casa. En lo que atañe al combate, sencillamente tendremos que dirigir nuestra espada al enemigo que queramos atacar y asestar un golpe, pulsando una tecla o botón distinto para cubrirnos. También podremos empujar a nuestros enemigos, devolver golpes y, si tenemos equipada la daga y aún no nos han visto, matar sigilosamente a nuestros oponentes, incluso de dos en dos. En esta ocasión iremos adquiriendo mejores armas según avancemos, pero la resulta que la siguiente siempre es al evolución de la anterior, sin dar lugar a posibilidades estratégicas. Testimonialmente también podremos recoger y usas las armas de nuestros enemigos y, ahora sí viene una pequeña novedad, utilizar granadas de humo para bien escapar sin que nos persigan o bien terminar con todos nuestros enemigos haciendo uso de la daga mientras no pueden vernos.

Durante el juego podremos utilizar otros dispositivos de los que no hablaré para no spoilearos, aunque, sí os diré – lo pone en caja del juego – que conoceremos y haremos misiones para Leonardo da Vinci, con el que colaboraremos para resolver el gran enigma del juego, basado en unas páginas de códice que recogeremos contratando al mismo grupo de cortesanas para que atraigan con sus encantos al mismo grupo de guardias y así poder entrar sin que te vean en la misma sala de siempre en la que están… adivinad…. sí, exactamente, los mismos cofres con el mismo contenido.

Como todos sabéis, otra baza fundamental del juego eran una especie de fases de falsas plataformas que se nos ofrecen de vez en cuando. Tendremos que visitar diversas tumbas de asesinos en las distintas ciudades para alcanzar una sala repleta de tesoros pero de la cual Ezio solamente se lleva el contenido de unas pequeñas cajas, dejando la infinidad de monedas de oro que allí se encuentran para poder así torturar al jugador obligándolo a recoger los numerosos pequeños tesoros del juego contratando al mismo grupo de cortesanas para que atraigan con sus encantos... […]. Las fases de plataformas y los pequeños puzzles de los que hace gala el juego no son para el recuerdo, estando en general bastante mal resultas debido al control tremendamente digital de nuestro personaje, motivo por el cual suele saltar a la plataforma que se supone que debe saltar en lugar de a la que tú quieres.

Los paseos a caballo están bastante bien resueltos, pues no es habitual que se atasque, tendiendo a sortear casi cualquier obstáculo.

Los paseos a caballo están bastante bien resueltos, pues no es habitual que se atasque, tendiendo a sortear casi cualquier obstáculo.

Casi al principio del juego Ezio se hará con la villa de Monteriggioni, un poblado del cual podremos mejorar estructuras como las minas, el banco o el pozo para obtener descuentos en las tiendas de las que os hablaba hace un rato y que, por cierto, apenas visitaremos. Se trata de algo metido con calzador y que incluso en juegos con muchos menos recursos como GTA: Vice City Stories resolvían mucho mejor.

También podemos, como os he contado, contratar a cortesanas y a mercenarios. Una despistan y los otros se enzarzan en combate con el grupo de soldados que les indiquemos. Son también algo testimonial y al menos, no se quedarán atascados por el mapa mientras caminamos por los tejados para ir apuñalando a los guardias que estén a punto de dar la alarma, dado que caminar por las calles corriendo puede ser un tanto caótico. Me suele gustar meterme en la piel del personaje con el que juego y no pasarme los niveles a la torera, pero una vez sabes que vayas a donde vayas harás lo mismo, resulta inevitable seguir esta mecánica, pero, no os sintáis mal por ello, el juego realiza una gran labor de reposición de guardias. Para facilitar la evasión en caso de que nos vean, podremos escondernos en cobertizos y montones de paja, siendo estos últimos ahora más peligrosos, puesto que los guardias podrán clavar su espada en el montón para comprobar si estamos dentro. De todos modos y somos somos espabilados, comprobaremos que podemos agarrar al guardia y meterlo con nosotros en el montón de paja para eliminarlo sin ser vistos.

Los mercenarios tienden a seguirnos vayamos a donde vayamos.

Los mercenarios tienden a seguirnos vayamos a donde vayamos.

El juego está repleto de misiones secundarias y a pesar de que al principio nos las venden como originales, tenemos solamente las misiones de asesinato (no esperéis variaciones) y las misiones de correr por los tejados bien persiguiendo a alguien o bien corriendo contra el reloj. También están las misiones de dar una paliza al marido de unas señoritas que sospechan que sus maridos les han puesto los cuernos… y sí, es siempre lo mismo.

¿Cuáles son las misiones principales de Assassin’s Creed 2?

Salvo por las introducciones a estas misiones, no haremos nada que no os haya contado ya. Sus creadores han intentado en vano disfrazar estas misiones para que parezcan más importantes y dotarlas de más dramatismo, pero todo se queda en nada, con unos personajes planos que un enemigo del Doom, lo cual es una decepción debido al gran comienzo que tiene el juego. El desarrollo de la historia comienza como una buena película de Scorsese y de repente, todo se cae al pozo de las promesas incumplidas y, cuando intentan sorprenderte, obtienes solamente unas decentes escenas cinemáticas en cuanto a nivel artístico y algún que otro momento WTF, en especial al final del juego.

Assassin's Creed 2 sería espectacular si se pudiese jugar del mismo modo que se ve.

Assassin’s Creed 2 sería espectacular si se pudiese jugar del mismo modo que se ve.

Podría hablaros también de unos Glifos que están en algunas paredes y que nos darán acceso a una serie de puzzles más típicos de un portal de mini juegos online que de una producción de gran presupuesto. Si encontramos todos los Glifos, tendremos accesos a una secuencia de vídeo aparentemente reveladora… pero… no hay mayor revelación que la última localización del juego que os animo a ver por vosotros mismos. También hay algunos mini juegos como pueden ser planear en un aparato volador o controlar una carreta de caballos, pero todos bastante desaprovechado.

Jamás había visto un juego con tanto potencial y tanto despilfarro de presupuesto para crear una experiencia jugable tan repetitiva, pero pese a todo, es muy bonito y en serio, si no habéis jugado a grandes juegos de sigilo, puede que os guste y no se os mirará como a bichos raros. Por si se me olvidaba; comentar que podemos contratar al mismo grupo de cortesanas para que atraigan con sus encantos al mismo grupo de guardias y así poder entrar sin que te vean en la misma sala de siempre en la que están… adivinad…. sí, exactamente, los mismos cofres con el mismo contenido, sin cambios, tal cual, idénticos al 100%. En resumen; más repetitivo que la paja mañanera de los sábados.

Assassin's Creed 2 [2009]
6.8
Bueno
Analizado por

EduZRO

Ingeniero informático y también jugador de PC de la vieja escuela. Odiaba las consolas, pero un día se compró una PSP y actualmente tiene 2 consolas más, aunque no ha tardado en volver a sus orígenes. Con hábitos nocturnos, le encantan las nuevas tecnologías e iniciar nuevos proyectos.

2 Comments

  1. Varok dice:

    jajajajaj… que bueno…

    Creo que es un defecto congénito lo de ser repetitivo, porque al 3 le pasa lo mismo, solo que es aun más aburrido, o al menos a mi me pareció una historia muy insulsa y pobre.

    Aun así te animo a que lo juegues y nos cuentes tu opinión.

  2. EduZRO dice:

    A mi novia no le disgustan, así que quizás juegue al 3 con ella (jugarlo a solas tiene que ser aterrador XD). De las continuaciones del 2 que sacaron tampoco hablan mal; pero la mayor decepción fue que contaban que éste era precisamente el mejor.

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